Este post está dedicado a nuestras lectoras queridas y tiene que ver con esos días del mes que tanto detestamos. “¿Por qué esta niñita estará escribiendo sobre la regla?”, se preguntará usted. La historia comienza así… Cuando volví de mis aventuras europeas a trabajar medio tiempo en la Universidad, me asignaron un humilde rincón en la oficina de Magíster, que está habitada sólo por mujeres. Al tiempo después comencé a escuchar una misteriosa historia… las chicas decían que, de tanto estar juntas todo el día, sus reglas se habían sincronizado. Obviamente yo dije “pero qué rayos están diciendo estas locas, esto no puede ser, además algunas toman pastillas y no no no, esto no me lo creo”. Cada vez que hablaban al respecto, yo las miraba con mi mejor cara de escepticismo.. Incluso aseguraban que debía existir una “hembra alfa” que lideraba a las demás con sus periodos.
Mi desesperación llegó al máximo cuando me di cuenta que mi propio periodo se había adelantado casi una semana… y se acercaba peligrosamente a la “semana de reglas” de la oficina. Y entonces decidí investigar en Internet y buscar algún estudio serio al respecto (porque si no me muestran el paper, yo no les creo nada! Nada!).
El primer sitio con el que me topé fue Cienciaes.com, donde alguien en una situación similar a la mía (escucha que alguien anda sincronizando sus reglas) decide investigar.
La primera historia que cuentan en el sitio es sobre Martha McClintock, estudiante de psicología. En resumen, Martha asiste a una reunión científica en el Jackson Laboratory para discutir sobre feromonas. Frente al hecho de que las hembras de ratón terminaban por ovular de forma sincronizada cuando se les colocaba en la misma jaula, Martha comenta que “Como ustedes saben, entre los seres humanos también sucede lo mismo”. Los investigadores (hombres) presentes la miran extrañados, y ella explica que en su dormitorio se da esta situación, a lo que ellos responden “De todas formas, hasta que no lo demuestre científicamente, esa evidencia carece de valor”. Martha afrontó este reto, y luego de unos años publicó los resultados de su estudio en la revista Nature (pueden encontrar el artículo en inglés aquí). Para McClintock, todo esto demostraba que la sincronización existía y aventuró que la causa podría ser debida a ciertas feromonas emitidas por las mujeres durante el ciclo menstrual.
Pero Martha no se detuvo ahí, y realizó un segundo experimento en 1998, junto a Kathleen Stern. Las investigadoras pensaron que si, efectivamente las mujeres liberaban feromonas durante la menstruación, al igual que otras moléculas que escapan de nosotros por nuestra piel deberían mezclarse con el sudor. Es por esto que pensaron que las axilas serían un excelente lugar para buscar las supuestas feromonas causantes del sincronismo menstrual. En este experimento, 9 mujeres suministran feromonas, mientras otras 20 actúan como receptoras. El resultado fue que no sólo encontraron una, sino dos feromonas. Ambas tenían efectos opuestos en el período menstrual, la feromona de las mujeres que estaban menstruando, hacía que las receptoras acortaran su ciclo. Mientras que la feromona de quienes estaban recién a mitad de su periodo, hacía que las receptoras alargaran su ciclo. Todo esto para lograr la sincronización. En resumen, las investigadoras descubrieron que los ciclos menstruales de las voluntarias se sincronizaban gracias al ritmo de olores que les fueron suministrados durante el experimento, aunque no existiera contacto o cercanía entre las donantes y las receptoras. Este artículo también fue publicado en Nature, y pueden revisarlo aquí.
Obviamente han habido estudios que prueban que no hay sincronización. Por lo que se concluye que es un tema dudoso. Pueden leer más información al respecto en nuestra queridísima Wikipedia.
Yo aún tengo mis dudas, pero debo admitir que ahora lo considero como un tema mucho más serio, y no está de más considerarlo como una opción posible. Si a usted le ha pasado algo similar con sus amigas, cuéntenos su experiencia en los comentarios.
Mis agradecimientos a nuestras fuentes:
McClintock MK (1971). Menstrual synchrony and suppression. Nature 229 (5282): 244-5
Stern K, McClintock MK. Regulation of ovulation by human pheromones. Nature 1998;392:177¬179.
Interesante lo de las feromonas. Porque considerando que el estudio haya sido adecuado (doble ciego al menos) se demuestra que los seres humanos sí reaccionarían a las feromonas. Supuestamente el “órgano de Jacobson” en el humano era solo vestigial y ya no cumplía ninguna función (órgano que tienen otros animales es receptor de hormonas).
Atte.
Pedro “Mierda de aporte” Stein 🙂
Yo creo que es algo real. No soy científica ni nada, pero me imagino que hace mucho tiempo cuando los humanos vivían en tribu para sobrevivir, resultaba más práctico que todas las mujeres ovularan al mismo tiempo. De esa forma podían criar todas juntas a sus bebés (esto resultaría de ayuda para las madres primerizas al ver a las madres experimentadas) y de morir una madre en el parto, otra madre en lactancia podía hacerse cargo.
De nuevo, esta es mi humilde opinión. No tengo ningún fundamento científico o estudio serio, solo sentido común.
Yo creo que es real. Estudio veterinaria y en reproducción se da mucho que las vacas, perras, yeguas y ovejas (que son las especies de interés por lo general en veterinaria) tengan la capacidad de influir en el ciclo de las de su misma especie.
Como somos animales al igual que ellas no seria tan alocada la teoría.