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Impresión artística de la superficie de Ceres. Créditos: ESO.

Impresión artística de la superficie de Ceres. Créditos: ESO.


El planeta enano Ceres, ubicado en el cinturón de asteroides (entre las órbitas de Marte y Júpiter) ha resultado ser todo un misterio. Durante ya varios meses, Ceres había sido observado por el satélite Dawn de la NASA. Durante los sobrevuelos se observaron unos misteriosos puntos brillantes cuyo origen era desconocido. Luego de varios análisis, se comenzó a dilucidar el misterio, y los científicos concluyeron que la mejor explicación en base a los datos obtenidos era que los puntos blancos estaban compuestos de sales.

Ahora tenemos nuevas noticias sobre las misteriosas manchas blancas, pero no vienen desde el espacio, sino desde Tierra.
Astrónomos realizaron observaciones con el espectrógrafo HARPS, que se encuentra en el telescopio de 3.6 metros del observatorio La Silla (ESO), en el norte de Chile. HARPS, conocido “cazador de exoplanetas”, ha revelado inesperados datos sobre los puntos brillantes: brillan durante el día y presentan variaciones. Esto sugiere que están hechos de un material volátil y que, como también habían sugerido los datos de Dawn, se evapora durante el día debido a que la temperatura aumenta en presencia de la luz solar.

El autor principal del estudio, Paolo Molaro, del INAF-Observatorio Astronómico de Trieste habló con el sitio de ESO y contó la historia que lo llevó a utilizar HARPS para observar Ceres: “tan pronto como la nave espacial Dawn reveló la existencia de los misteriosos puntos brillantes en la superficie de Ceres, inmediatamente pensé en los posibles efectos mensurables desde la Tierra. A medida que Ceres gira, los puntos se acercan a la Tierra, y luego retroceden de nuevo, lo cual afecta al espectro de la luz del sol reflejada que llega a la Tierra”.

HARPS fue construido para detectar variaciones muy pequeñas en la velocidad radial de las estrellas que tienen planetas a su alrededor (precisión de ~3.5 km/h). Ceres tarda nueve horas en dar un giro completo (sobre sí mismo), y según los cálculos, el efecto de los puntos brillantes al acercarse y alejarse de la Tierra durante la rotación de Ceres debiesen ser de alrededor de 20 kilómetros por hora, lo cual es más que suficiente para las capacidades de HARPS.

Los astrónomos detectaron los cambios que esperaban durante algo más de dos noches de observaciones entre julio y agosto de 2015, pero además se encontraron con resultados inesperados. Según el coautor del estudio, Antonino Lanza, del INAF-Observatorio Astrofísico de Catania, se observaron variaciones considerables de una noche a otra.
Con estos resultados, concluyeron que existía la presencia de sustancias volátiles que se evaporan por el calor de la luz del Sol. Sin embargo, estos cambios ocurren en un patrón bastante aleatorio.

Todo indica que Ceres es distinto de sus demás compañeros del cinturón de asteroides, parece ser internamente activo, es rico en agua, aunque se desconoce si esto está relacionado con los puntos brillantes. Tampoco se sabe cómo se produce esta continua filtración de material a la superficie.

Por ahora Dawn sigue investigando los misterios de Ceres, y luego del final de su misión, es probable que HARPS y otros instrumentos continúen observando desde Tierra.

Fuente:
Se descubren cambios inesperados en los puntos brillantes de Ceres – ESO
Daily variability of Ceres’ Albedo detected by means of radial velocities changes of the reflected sunlight, Molaro et al. 2016