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Hace muy poco terminé de leer esta novela de Ray Bradbury que fue escrita en 1953. El nombre Fahrenheit 451 alude a “la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde” tal como viene escrito en el mismo libro. Esto, por supuesto, no es al azar ya que el protagonista de esta historia es el bombero Guy Montag, cuyo trabajo y el de todos sus colegas, ya no es apagar incendios sino que provocarlos con el fin de quemar todos los libros existentes. Pero Montag, motivado por un par de conversaciones con su vecina Clarisse, comienza a cuestionarse su trabajo y su vida personal, es aquí cuando la historia se empieza a poner interesante, pero no les adelantaré nada más, tampoco les contaré por qué los libros están prohibidos para que se animen a leer esta novela que es bien cortita (alrededor de 184 páginas).

Personalmente, este libro me dejo pensando por varios días, sobre todo cuando terminé el libro y leí en la contratapa de la versión que me prestaron una cita del mismisimo Ray Bradbury que les comparto:

“Al escribir esta novela corta pensé que describiría un mundo que podía aparecer dentro de cuatro o cinco décadas. Pero una noche, en Beverly Hills, hace solo unas semanas, se cruzaron conmigo un hombre y una mujer que paseaban con su perro. Me quedé mirándolos, estupefacto. La mujer llevaba en la mano una radio del tamaño de un paquete de cigarros, con una antenita temblorosa. Salían del aparato unos alambres que terminaban en un cono insertado en la oreja derecha de la mujer. Allí iba ella, olvidada del hombre y el perro, escuchando vientos lejanos, murmullos, y gritos de folletines musicales, caminando como sonámbula; y el marido que bien podía no haber estado allí, la ayudaba a subir y bajar las aceras. Esto no es literatura. Esto era un hecho nuevo en nuestra cambiante sociedad.”

Ray Bradbury, también conocido por Crónicas Marcianas (que algún día terminaré de leer), de seguro no solo se encontró con ésta escena sino con una mucho más actual y aterradora: esas cenas con amigos/familia en las que ninguno se habla porque están todos usando sus celulares. En ese momento mi cerebro se atormentó un poco y deseé que Farenheit 451 sea por siempre una novela distópica de ficción.

¿Ya se entusiasmaron?, si no han leído el libro aún, les cuento que en las librerías tiene un valor de alrededor de $5000.- pesos chilenos, de seguro también lo pueden encontrar usado en alguna feria o en la casa de algún amigo de buen corazón que se los preste =). Si ya lo leyeron los invito a que dejen su comentario.