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“Nunca podemos experimentar con electrones aislados, ni con átomos ni pequeñas moléculas. Lo hacemos con nuestros pensamientos, pero esto siempre tiene consecuencias ridículas”. Estos eran los lamentos de Erwin Schrödinger en 1952, el conocido físico que creó la metáfora del gato suspendido entre la vida y la muerte para explicar la superposición cuántica, esa rara propiedad que permite a un objeto existir en más de un estado a la vez.

Actualmente las cosas no son como en el tiempo de Schrödinger. Los científicos de hoy ya pueden manipular átomos y partículas individuales, y no sólo eso, también es posible reproducir algunos instantes de la vida del gato más famoso de la ciencia: el gato de Schrödinger.

El-premio-nobel-Serge-Haroche-habla-de-fisica-cuantica-en-Madrid_image800_Esto es lo que ha logrado hacer el ganador del premio Nobel de física Serge Haroche. Su película llamada “Cincuenta milisegundos en la vida de un gato de Schrödinger”, ha sido presentada en una conferencia impartida en el Institut Français. A pesar de su nombre, la película en verdad dura 25 segundos (está en “cámara lenta”), y en verdad el protagonista no es el gato (lo sé, les maté la ilusión 🙁 ), sino un puñado de fotones que actúan en su papel de onda (no en el de partícula). Para seguir matando las ilusiones, la película en realidad es una animación que muestra el movimiento de una gráfica en 3D (siento haber jugado con sus sentimientos, queridos lectores).

Según explica Haroche, “en esta función observamos dos peaks máximos a los lados que equivalen a los estados clásicos del ‘gato vivo’ y el ‘gato muerto’, pero en medio hay otras zonas positivas –rojizas– y peaks negativos –azulados–, que corresponden a las señales de interferencia que describen la coherencia cuántica del gato” (¿les quedó claro?).

El fenómeno en cuestión se visualiza en la mitad de la película, cuando los peaks centrales desaparecen. Se pierde la coherencia cuántica y sólo quedan los dos peaks correspondientes a los estados clásicos del gato.

“La decoherencia es el fenómeno que destruye la coherencia cuántica y está ligado a la interacción del sistema con su entorno”, explica Haroche a Sinc. “El gato deja de estar vivo y muerto a la vez, deja de ser coherente cuando interactúa con el medio, que puede ser el aire, los fotones u otras partículas. Se produce una pérdida de información y el sistema se ve forzado a elegir entre una de las dos alternativas”.

Les dejamos el video a continuación:

Fuente y más información: Agencia Sinc