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PIONEROS AVIACIÓN ESPAÑOLA

Díaz de Lecea (derecha), miembro del Hyperclub, con una avutarda muerta en el aeródromo de Getafe (1929). / Efe

Hyperclub fue una sociedad fundada por intelectuales españoles que tenían un sentido del humor muy especial. ¿La condición para entrar?: tener ideas disparatadas.

Esta inusual agrupación nació en Madrid en 1920, en una época en que los científicos intentaban asimilar nuevos temas como la mecánica cuántica, la relatividad, entre otros. Para ser aceptado, el candidato debía haber realizado algún proyecto insensato o algún estudio que fuera contra la lógica o la intuición.

El profesor de Historia medieval española e Historia de la ciencia y la tecnología en la Universidad de Boston, Thomas Glick, explica que “La falta de sentido común era el ideal del club, y sus miembros debían personificar este ideal al formular sus proyectos”.

Entre las locas ideas de los miembros de Hyperclub podemos encontrar:

  • Perseguir avutardas hasta derribarlas con las alas del aeroplano, propuesta por el aviador José Rodríguez Díaz de Lecea
  • Transcripción al verso en castellano del “Tratado de Mecánica Celeste” escrito por Laplace, hecha por el aviador vasco Legórburu
  • Concebir una fórmula matemática que determinaba la jornada de trabajo de los serenos de Madrid (por el aviador Gómez Spencer), la cual era inversamente proporcional a la latitud, de forma que los serenos que trabajaran en el Polo Norte o Sur, tendrían seis meses de vacaciones al año

El ingeniero Emilio Herrera, presidente de la sociedad, también llevaba al club propuestas que recibía de parte de los ciudadanos, como por ejemplo, planes para llegar a la Luna, diseño de un motor que no necesitara combustible, un sistema para llegar a la estratosfera aprovechando el peso de los pilotos y pasajeros gracias a un sistema de émbolos, etc. Incluso, Herrera recibió una carta en que Ricardo Borja le solicita un avión para bombardear el Palacio del Pardo.

Entre los socios se contaban Juan de la Cierva, inventor del autogiro; Mariano Moreno Caracciolo, divulgador de la relatividad; el coronel de ingenieros Joaquín de la Llave y Sierra; los aviadores Alejandro Gómez Spencer y José Rodríguez y Díaz de Lecea; el pintor y escritor Ricardo Baroja; Federico Lafuente, escritor; Juan Viniegra, ingeniero hidrógrafo; José María Legórburu; y Emilio Herrera, al que su aventura en globo la Nochebuena de 1907 le valió la entrada como miembro. La mayoría de ellos eran militares y a la vez hombres de ciencia.

Cuando comenzó la guerra civil española, los miembros tomaron partido por el bando al que se consideraba más afín, y el Hyperclub desapareció.

Aunque ya no tengamos las ideas locas del Hyperclub, aún hay otras iniciativas que muestran el sentido del humor de los científicos. Dos ejemplos de esto son el Ig Nobel Prize, una parodia de los premios Nobel, y la revista de humor Journal of Irreproducible Results.

¿Qué opinan ustedes de este tipo de iniciativas? Dejen sus comentarios!

Fuente: Servicio de Información y Noticias Científicas